Abstract
El concepto de emancipación implica acercarnos a diversas corrientes y perspectivas de pensamiento que revindican fundamentalmente transformación. El concepto nos remite a las palabras que Hugo Zemelman pronunciaba en una conferencia que tituló “El sujeto y su discurso en América Latina”1, donde planteaba la necesidad de tener, no tan sólo conciencia, sino también voluntad para construir conocimiento. Hablaba también acerca de cómo las lógicas de poder imponían lógicas de lectura que se insertaban en las universidades y obligaban a pensar de una determinada manera. No sólo se nos imponen formas de definirnos disciplinariamente, sino que se nos imponen formas de pensar que nos impiden la creación (ya sea por apatía, inmovilismo, conformidad, temor, etc.). De modo que los parámetros de pensamiento forman parte de la lógica que el poder impone y debemos de tener la capacidad de romperlos.