Abstract
La producción científica ha desarrollado un amplio y variado repertorio de investigaciones en torno al papel de las mujeres en el agro argentino y las diferencias bruscamente visibles entre los varones y las mujeres dentro del mundo rural. A raíz de ello, el artículo intenta dar cuenta de que, las situaciones diferenciales de los tareferos y tareferas, en el mercado laboral yerbatero cosechero, no son producto de un destino biológico, sino más bien, constructos sociales, los que, repercuten en prácticas y representaciones desvalorizadas del trabajo femenino. Las representaciones sociales en torno a lo femenino generan dispositivos inconcientes donde se cree que las mujeres deben abocarse a ocupaciones asociadas a su género/sexo: “trabajos livianos”, “sensibles”, “delicados”, entre otros. Y los varones a “trabajos pesados”, “bruscos”, “desprolijos”, y demás. Ello, representa al trabajo de cosechero en los obrajes yerbateros como un trabajo de hombres, donde la tarefera no es tarefera sino tarefero. El estudio de caso se realizó en barrios periurbanos de Oberá, Misiones, Argentina.