Abstract
Hablar de posmodernidad supone ya una retórica, a pesar de tener una tradición tan reciente, que cualquiera que haya frecuentado la bibliográfica o haya escuchado comentarios sobre el tema, está en condiciones de reconocer.
Esta retórica estipula algunos lugares comunes que no intentamos evadir. Así, resulta de rigor iniciar el tratado incurriendo al menos en estas tres preguntas.
1. ¿Existe la posmodernidad?
2. Si existe, ¿es la continuación de los principios modernos?, o ¿es la marca del fin de la modernidad y el comienzo de otra era?
3. ¿Qué vigencia o qué legitimidad tiene este concepto aplicado a la experiencia histórica y a la situación presente de América Latina.