Disfunción tiroidea y factores de riesgo cardiovascular en una población de adultos de la ciudad de Obligado, Itapúa-Paraguay
Abstract
La glándula tiroides es la principal responsable del control metabólico del organismo. Esto lo realiza a través de la secreción de hormonas tiroideas que regulan la velocidad a la que tienen lugar los procesos químicos (índice metabólico), estimulando casi todos los tejidos para que produzcan proteínas e incrementando la cantidad de oxígeno que utilizan las células. Las enfermedades que afectan a la glándula tiroides representan una de las alteraciones endocrinas más prevalentes, siendo las disfunciones tiroideas factores de riesgo para distintos procesos patológicos tales como las enfermedades cardiovasculares.
La disfunción tiroidea comprende un amplio número de entidades con manifestaciones clínicas y de laboratorio diferentes, que pueden ir desde el hipertiroidismo hasta el hipotiroidismo, incluyendo las manifestaciones más sutiles como las halladas en sus formas sub clínicas. Los signos y los síntomas de disfunción tiroidea, en general, son inespecíficos y la exactitud del diagnóstico clínico es limitado, por ello la importancia de las pruebas laboratoriales para la detección oportuna de este tipo de enfermedades.
El objetivo de este estudio fue evaluar la enfermedad tiroidea y su asociación con factores de riesgo cardiovascular, en individuos adultos de la ciudad de Obligado, Itapúa, Paraguay.
Se realizó un estudio transversal y descriptivo, donde fueron analizados 323 pacientes, en edades comprendidas entre los 20 y 45 años, de ambos sexos, que asistieron al Sanatorio Alemán de Obligado en el periodo 2015 – 2016, que dieron su consentimiento informado. Se procedió a la toma de muestra de sangre, previo ayuno de 12 horas y se determinó en suero de los pacientes, las hormonas tiroideas en su forma libre (FT4) y total (T3, T4 y TSH) por método ELFA para determinar disfunción tiroidea; glucosa y perfil lipídico por métodos colorimétricos y se tomaron las medidas antropométricas (peso y talla) con lo cual se calculó el índice de masa corporal de cada individuo y también se midieron los valores de presión arterial sistólica y diastólica.
De un total de 323 individuos, se encontraron 68 con hipotiroidismo (21%) y 11 con hipertiroidismo (3,4%), en ambas situaciones predominando la variedad subclínica (14 % hipotiroidismo subclínico y 2,7% hipertiroidismo subclínico). La edad promedio en que se vieron dichas alteraciones o disfunciones fue entre los 35 a 45 años.
Se vio que el 64 % de la población que se sometió a estudio tenía exceso de peso (el 41% presentó sobrepeso y el 23% obesidad) y solo el 36 % eran normopeso. También hubo relación significativa del IMC y los niveles de TSH, aunque cuando buscamos relacionar el IMC de acuerdo a su clasificación con las alteraciones tiroideas, no se evidenciaron diferencias significativas.
Analizando la función tiroidea según el peso de los pacientes, no se encontraron diferencias significativas con respecto al índice de masa corporal.
Se encontró que el 38% de la población presentó Síndrome metabólico y se halló relación significativa con hipotiroidismo.
El hipotiroidismo es una causa reconocida de dislipidemia secundaria, y en la población de estudio se encontró que el 49% tenía alteraciones de la función tiroidea y también presentó dislipidemia. Se encontró correlación significativa con triglicéridos, colesterol total, col LDL, col HDL al relacionar los niveles de TSH con los parámetros de riesgo cardiovascular. Cuando se compararon los distintos estados del perfil tirodeo, se halló esta relación de dislipidemia con el hipotiroidismo.
Si a esto sumamos las disfunciones tiroideas y las etapas tempranas en que se vieron en el presente estudio, queda evidenciada la importancia de su búsqueda y detección precoz ya que se pueden acentuar si el individuo no recibe tratamiento, haciéndolo vulnerable a padecer afecciones que conducen a un deterioro de la calidad de vida.
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