Abstract
Este trabajo pretende indagar en las posibilidades (y no) que tienen las herramientas tradicionales de recolección y sistematización de datos para el estudio de experiencias que tienen que ver con el trauma. Buscamos reflexionar a partir de los límites institucionales, éticos, académicos, epistemológicos que enfrentamos a la hora de investigar y cómo lograr una investigación que cumpla con los requisitos de rigurosidad científica.
¿Cómo investigamos a partir del dolor del otro? ¿Hasta dónde el cuerpo del investigador presta/soporta/aguanta las tristezas ajenas? ¿Es posible la producción de conocimiento en estos “peligrosos” límites emocionales y físicos de los sujetos que intervienen en una investigación y, por qué no, del propio investigador? ¿Qué implica poner el cuerpo a tanto dolor sólo a los fines científicos?.