Territorios Mbya-Guaraní : usos del espacio y movilidad
Abstract
La constante movilidad es una de las características distintivas de la etnia mbya guaraní, este oguata, que significa caminar, está presente incluso en sus mitos fundacionales (Baptista da Silva et al.2009), como en el conocido Mito de los Gemelos, existente en la mayoría de las etnias guaraníes, donde es la mujer embarazada de los futuros sol y luna, quien deambula en busca de su compañero, la divinidad Ñande Ru, “Nuestro Padre”, que ya ha abandonado la tierra. Ese es el comienzo de las andanzas de Kuaray, el sol, creador de gran cantidad de especies de la flora y de la fauna en su andar.
De esta forma, por medio de su continua movilidad los mbya repiten las acciones de sus dioses y héroes culturales que fueron dando forma a esta tierra en sus caminatas.
Estos movimientos se producen en lo que han sido tradicionalmente los territorios mbya, una vasta región geográfica que abarca los departamentos orientales de Paraguay, donde los mbya localizan a Yvy mbyte, el centro de la tierra, en la región en que antiguamente se encontraban las inmensas selvas del Guairá y que ellos reconocen como su mítico lugar de origen; la provincia de Misiones en Argentina y los estados del sudeste de Brasil hasta la costa Atlántica.
Este territorio coincide con el ambiente de selva paranaense o mata atlántica brasileña, una selva subtropical húmeda con una alta biodiversidad que en el pasado cubría una enorme región de cien millones de hectáreas aproximadamente.
Su extensión se ha reducido drásticamente, en especial en las últimas décadas, debido a la expansión de la frontera agropecuaria y la deforestación entre otras modificaciones antrópicas.
En la actualidad, Misiones, en el nordeste de Argentina, posee la mayor superficie de masa boscosa continúa conservándose aproximadamente el cuarenta por ciento de la cubierta original, aunque en distintos grados de degradación. (Holz y Placci, 2005)
Aparentemente, los mbya nunca ocuparon la totalidad de esta amplia región sino solamente aquellas porciones del territorio que presentaban condiciones ambientales favorables al desarrollo del ñande reko, “modo de ser” o “sistema de vida” mbya, esos lugares debían poseer diversidad de flora y fauna propicia para la caza y la recolección como así también cursos de agua aptos para la pesca, además de suelos idóneos para sus cultivos. (Baptista da Silva et al. 2009).
En los mbya la idea de territorio está vinculada al concepto de tekoa, que usualmente se traduce como asentamiento o aldea, pero que posee connotaciones mucho más complejas. Originalmente, un tekoa constituía el territorio de caza, pesca, recolección y horticultura de una familia extensa o de un linaje, y todos ellos estaban unidos por redes de parentesco.
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