Aplicación de indicadores de sustentabilidad en sistemas agroforestales del norte de la Provincia de Misiones
Abstract
Determinar la contribución de la biodiversidad al funcionamiento de los ecosistemas es una cuestión ecológica fundamental que se ha estudiado aislada e intensamente durante los últimos veinticinco años (Isbell et al., 2017). Por lo general, esta relación se ha probado mediante el ensamblaje experimental de comunidades con diferentes niveles de riqueza de especies; la evidencia apoya abrumadoramente una teoría según la cual los ecosistemas con mayor riqueza de especies (p. ej., mayor biodiversidad) proporcionan niveles más altos de funcionamiento en relación con los ecosistemas con menor biodiversidad (Hooper et al., 2005).
Debido a bibliografía tradicional (Begon, 2021; Odum, 2008) se destacan dos mecanismos principales que explican las relaciones positivas entre la biodiversidad y el funcionamiento de los ecosistemas. En primer lugar, es más probable que los ecosistemas que contienen un mayor número de especies, incluyan especies particularmente eficientes. Esto se conoce como el "efecto de muestreo", un fenómeno en el que la mayor utilización de los recursos depende de la identidad de las especies, en lugar de otras propiedades de los ecosistemas biológicamente diversos (Wardle, 1999). En segundo lugar, las especies individuales usan los recursos de maneras diferentes, de modo que el uso total de los recursos es más completo en las comunidades con mayor biodiversidad; esto se conoce como el “efecto de complementariedad” (Loreau y Hector, 2001).
La relación entre la biodiversidad y el funcionamiento de los ecosistemas es muy relevante para la agricultura, que depende de numerosas funciones de los ecosistemas para sustentar la producción (Zhang et al., 2007). Muchas de estas funciones, la incorporación de materia orgánica, la polinización, el control biológico de plagas y la descomposición de estiércol, están interconectadas (Tuck et al., 2014; Noriega et al., 2018; Law, 2021; Torres, 2021). Se ha demostrado ampliamente que las prácticas de gestión intensiva generan pérdidas de biodiversidad en los paisajes agrícolas del norte de la República Argentina (Law, 2021; Torres, 2021). Estas pérdidas pueden tener consecuencias para el funcionamiento de los agrosistemas de dichos paisajes. Por ejemplo, niveles más bajos de riqueza de especies de insectos depredadores, abejas y escarabajos peloteros se han relacionado con pérdidas en el control biológico de plagas (Snyder et al., 2006), polinización de cultivos (Garibaldi et al., 2013) y productividad de pastos (Manning et al., 2017b), respectivamente. La pérdida de especies puede ser particularmente problemática cuando las especies más sensibles también proporcionan los niveles más altos de funcionamiento del ecosistema (Piccini et al., 2018; Law, 2021).
Si bien la pérdida de la función de los ecosistemas a menudo se relaciona estrechamente con las pérdidas de biodiversidad, el funcionamiento de los ecosistemas se puede perder o ganar de maneras que no impliquen ningún cambio en los niveles de riqueza de especies (Spaak et al., 2017). Por ejemplo, en sistemas mediados por insectos, se ha observado que la polinización de los cultivos puede estar impulsada por la abundancia de especies comunes. Al mismo tiempo, encontraron que la riqueza general de las comunidades de abejas es un predictor pobre del funcionamiento (Winfree et al., 2015). Esto tiene gran relevancia dentro del contexto de la producción agrícola, porque al igual que la diversidad, la abundancia de insectos también suele responder negativamente a la intensificación agrícola (Bengtsson et al., 2005).
Entonces, puede que la abundancia y la diversidad biológica, sean indicadores de un funcionamiento sustentable de agrosistemas, pero, aparentemente, hay más dimensiones que afectan su funcionamiento sustentable según las dimensiones y características consideradas en su análisis. De esta manera, aparentemente no es únicamente el mantenimiento de la diversidad biológica la que permite un funcionamiento sustentable en agrosistemas o sistemas agroforestales.
En el presente estudio, propusimos examinar de manera exploratoria las consecuencias relativas de la pérdida de especies y la disminución de la abundancia integrando esta dimensión a otras funcionales ecosistémicas y agro sistémicas entre unidades productivas. Debido a la metodología participativa con la que se analizó la bibliografía del encuadre teórico, se decidió dejar claro el significado de ciertos términos emergente de los debates y antes de exponer los resultados. Así, por ecosistema comprendemos al sistema remanente de Mata Atlántica -zona buffer del Parque Nacional Iguazú- y dentro de este sistema observaremos chacras o unidades productivas con agrosistemas. Estos agrosistemas poseen características diferentes. Por agro sistema -debido a sus características diferenciales- comprendemos agrosistemas forestales o sistemas agroforestales (SAF’s). Por “función sistémica” en el presente documento se entenderá que su afección es al todo completo y por “sustentable” comprendemos que se sustenta a sí mismo.
Para ello, en consenso con productores, técnicos y estudiantes de la Facultad de Ciencias Forestales -FCF-, Universidad Nacional de Misiones -UNaM-, se observaron las características más sobresalientes de las funcionalidades sustentables en estos SAFs. Las características más sobresalientes fueron seleccionadas respecto de la relevancia que tendrían en su función dentro del eco y agro sistema. Luego se agruparon estas en categorías y las categorías en dimensiones. Cada categoría se transformó en un indicador al escalarizarla, también en consenso.
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