Abstract
Este es un trabajo que surge a partir de la separación de Mariana y su pareja, tras diez años de convivencia y un hijo de dos en pleno crecimiento. Desde entonces, la madre de Amador se vio en un laberinto de inequidad con respecto a los cuidados de su hijo y, sobre todo, ante una economía precaria que ambos compartían. Sin embargo, en la actualidad, Amador pasa más horas con su madre que con su padre.
Cuando en marzo pasado la convivencia se rompió, el sueño de familia quedó demasiado grande para un departamento que fue alquilado para tres en el barrio de Constitución. El problema de la vivienda propia en la Ciudad de Buenos Aires para las familias y personas de clase media, media baja, sigue siendo una utopía. Mariana no solo se dio cuenta de que no podía acceder a una vivienda propia, sino también de que le es muy difícil poder alquilar un departamento en el cual su hijo y ella puedan tener un cuarto propio.