En los umbrales de la formación docente : una experiencia desde la cátedra Problemática Educativa de la FCEQyN, UNaM
Abstract
La asignatura Problemática Educativa, se desarrolla en el segundo año de formación universitaria en los Profesorados en Biología, Física y Matemática, de la Facultad de Ciencias Exactas, Químicas y Naturales (FCEQyN) de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM). Cabe destacar, en primer lugar, la significación de esta cátedra en el proceso de formación docente. En ella es dable reconocer que se trata de un espacio curricular asimilable a lo que, en líneas generales, hemos considerado tradicionalmente como pedagogía. No obstante, ya en el proceso de elaboración del plan de estudios, cuyos antecedentes se
remontan a la recuperación de la democracia en el país en la década de los ochenta, se consideró necesario habilitar una perspectiva particular para el abordaje de esta lectura pedagógica. El nombre Problemática Educativa, entonces, responde a un doble sentido. Por un lado, se trata de enfatizar que la educación como práctica social, con sus dimensiones socioculturales, psicológicas, etc. es un espacio problemático, en el que se entrecruzan visiones que destacan la provisionalidad y la complejidad de cualquier abordaje. Por otra parte, se trata de poner a los estudiantes en la posición de “investigadores”, capaces de organizar sus aprendizajes en torno a una necesaria delimitación previa de “problemas” constituidos en objetos de conocimiento.
Se trata de propiciar la construcción de una mirada comprometida con el campo educativo que permita reconocer el componente técnico o didáctico, pero también la dimensión ética, política y científica de los desempeños docentes. Esto involucra, desde una perspectiva socio-crítica, en la que esperamos posicionarnos los profesores, hacer públicas las ideas,
propiciar el trabajo colectivo en la producción de los conocimientos y reconocer en los otros distintos modos de pensar, de sentir y de actuar en educación.
Es un trabajo que requiere de la suficiente apertura para tolerar el pensar en múltiples caminos. Implica mirar, andar, desandar e interrogar las propuestas en los grupos de estudiantes. Es una mirada dialéctica entre los sujetos, sus trayectorias e historias, la estructura y la educación en sus dimensiones locales y contextualizadas. En tanto espacio para crear, requiere de libertad, de procesos democráticos, de tolerancia, de diálogo entre paciencia-impaciencia; objetividad-subjetividad, reconocimiento de lo provisorio, lo imprevisible, la improvisación, lo irreductible y la flexibilidad. También asumir que en estas situaciones hay sujetos en interacción y, desde allí, construir desde la honestidad intelectual situados en un contexto actual, pero en el que reconozcamos también las marcas de la historia.
Esta perspectiva implica correrse del simulacro o ficción pedagógica y asumir el devenir, aprender del mismo, reconocer la duda y la confusión como virtudes del proceso y como aspectos que colaboran en el desarrollo de una formación tanto científica como democrática.
No se trata de recitar autores, sino partir de la problematización de la empiria, sin descuidar la necesaria multireferencialidad para mirar la complejidad en educación. En este pensar las prácticas como instancias de problematización, se advierte la necesidad de una “formación docente científica en Ciencias Sociales”, para posibilitar el abordaje de esta asignatura en un contexto de formación fuertemente marcado por lo disciplinar. Por ello, en la propuesta, se incluye un seminario de discusión científica en Ciencias Sociales, para situar a la educación como parte de las mismas y reconocerla como un hecho atravesado por la cultura, la historia, la política y las subjetividades.
Se pone en permanente cuestión, que se trata de un territorio epistemológico diferente en el cual, además, debemos trabajar las Ciencias de la Educación desde allí. Esto involucra asumir la discusión acerca de las nociones de sujeto, de realidad, de historia, de sociedad, de educación, de cultura, de institución social, de situación social que están implícitas en el sentido común dominante y, en general en las prácticas educativas.
La concepción de prácticas docentes desde la complejidad, se seguirá trabajando a lo largo de toda la carrera. De manera específica -en esta asignatura- se revisan los componentes de la institución escolar y el contexto, así como aspectos de las problemáticas educativas que cada grupo decida indagar. Poder reconocer que la educación y la escuela son espacios sociales, que el profesor tiene que comprenderlos desde una lógica distinta a la de las disciplinas exactas y de la naturaleza, es tomar conciencia que, como docentes, se asumen compromisos que se desarrollan en contextos sociales.
Los estudiantes, en grupos de trabajo cooperativo, definen temas que les parecen problemáticos del campo educativo y, se comienzan a plantear interrogantes: ¿qué pretenden conocer?; ¿para qué?; ¿con qué sentido?; ¿por qué?; ¿cuál es el interés que los moviliza a conocer esa temática?; ¿con quiénes o entre quiénes trabajar?; ¿desde dónde? -asumir enfoques, perspectivas-; ¿cómo?. En estos procesos se va dando como ineludible la formación en investigación educativa.
La idea es que se interroguen, que indaguen, que busquen los sucesos actuales. Pero reconocemos que, para ver lo actual también tienen que rastrear en el pasado, en la historia acerca de cada temática y problemática elegida.
Pueden profundizar en un campo de problemas, para luego generar instancias de intercambio colectivo. Se trabaja qué se entiende por “problema” y esas ideas se van cargando de conceptos y de sentidos. Es un trabajo de acercamiento a la actualidad. Implica formar personas conscientes del movimiento y dinamismo del mundo en constante modificación. Esto les permite ver: cómo el problema se cambia y se resignifica en el transcurso de la historia.
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